viernes, 16 de septiembre de 2011

Una tragedia en un cruce ferrovial y varias declaraciones indignantes.

Resultó indignante escuchar declaraciones de algunos funcionarios del Gobierno de la ciudad sobre los cruces ferroviales en estos días posteriores al luctuoso accidente de Flores. El Ing. Macri, por ejemplo, el 14/9 en un homenaje realizado a los “héroes” municipales del episodio (tal vez inspirado en los del 11-S recordado recientemente), hizo una mordaz referencia al juez interviniente en la causa de los túneles de “bajo gálibo”, “sapitos” al decir de los vecinos, reclamándole que recapacitara ante el suceso. Esto porque el magistrado hizo lugar al reclamo de vecinos que intercedieron amparos por las construcciones de esos túneles, frenando esas obras. Pero lo que el Ing. Macri no dijo es que por esos túneles no puede circular el transporte público de pasajeros, y ni siquiera un flete.
El ministro Montenegro, aún más lanzado, criticó a la oposición “que obstruye” el plan vial de la gestión. Expresión curiosa, ya que los legisladores de la oposición votaron sin chistar el traslado de fondos -obtenidos por endeudamiento autorizado por la Legislatura para la continuación de la red de subterráneos- a ese plan vial de “sapitos” que un juez efectivamente bloqueó haciendo lugar a los amparos vecinales fundados en que violan la Ley 2930 (Plan Urbano Ambiental) y la sección 6 del Código de Planeamiento. Raro que el ministro de justicia no sepa de qué está hablando.
Pero el Ing. Macri volvió a la carga y reclamó a otras gestiones –no la propia- el determinar “correctas prioridades” a la inversión pública, cuando los vecinos justamente le estamos reclamando que en vez de “sapitos” –rápidos y baratos para la foto- se encare la construcción de los túneles en las vías troncales, aquellos que están planificados hace décadas, como por ejemplo el de la avenida Constituyentes, que no tiene oposición de ningún sector de la comunidad.
Vale destacar que los “sapitos” por sí solos no solucionan los problemas viales y sin más crean otros, ya que desvían el tránsito más veloz, el de los vehículos livianos, por las vías secundarias barriales, multiplicando la posibilidad de accidentes. Esto no implica la oposición a todos los “sapitos”, sino el reclamo a su inclusión en un plan vial integral –públicamente comprometido- que contemple como prioritarios a los túneles mayores –por los que sí puedan circular los vehículos pesados, de transporte público y de carga.
Pero estas expresiones de los funcionarios que dicen "no hacer política", sólo pueden entenderse justamente en ese marco, ya que constituyen verdaderas provocaciones a los que pensamos diferente de ellos con el unico objeto de obtener respuestas cargadas de bronca y luego poder mostrar esa actitud comprensiva, moderada y calma, contrastante con el enojo y "crispación" de los demás, pose que les indica su mentor en márketing.

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